
LA PIEDRA DE SEPTIEMBRE - Joyas y Alta Joyería Zafiro
Calma, sosiego, paz y tranquilidad son sentimientos que asociamos con el color azul, que resulta ser el color de la piedra de nacimiento de septiembre, el zafiro. Una piedra preciosa que ha hipnotizado a las civilizaciones y adornado a una larga lista de miembros de la realeza, los nacidos en septiembre tienen la suerte de considerarla su piedra.

Historia y formación
Aunque el zafiro suele verse como un opuesto considerable al rubí rojo de julio -con una vibración totalmente distinta-, ambas piedras preciosas están hechas en realidad del mismo mineral, el corindón, y separadas por el hierro que se encuentra en el zafiro y el cromo del rubí. Debido a su composición de corindón, el zafiro tiene una dureza de 9 (justo por debajo de la del diamante, la gema más dura conocida), lo que lo convierte en una piedra preciosa y funcional, que se utiliza incluso en los parabrisas de los coches. Los primeros zafiros conocidos nos llevan a Sri Lanka, donde estas piedras se encontraron en joyas etruscas que datan de 600-275 a.C. El nombre "zafiro" procede del latín "saphirus" y del griego "sappheiros", que significan azul. A lo largo de la historia, esta poderosa gema azul se ha asociado con la nobleza y la realeza, y se ha llevado al cuello de los reyes como protección. En la Edad Media se creía que disipaba los malos pensamientos y traía la paz. En el siglo XIX, el viajero Sir Richard Francis Burton era conocido por llevar consigo un zafiro estrella que mostraba a la gente durante sus viajes, creyendo que traía buena suerte. En los últimos años, los zafiros son cada vez más codiciados. Esto se debe al anillo de compromiso del Príncipe Carlos con la Princesa Diana, el mismo que lleva ahora Kate Middleton.

Redondearse en tiempos de incertidumbre
Sólo por su color, los zafiros pueden tener un gran efecto en sus portadores y adoradores. Su profundo tono azul tranquiliza la vista y recuerda tanto al mar y al cielo como a la poderosa inmensidad que los acompaña. Conocidos por equilibrar las emociones, los zafiros son sinónimo de estabilidad, pureza y quietud, ya que limpian cualquier pensamiento negativo, potenciando la claridad mental y la creatividad. Por ello, se les considera la piedra de los intelectuales y la que simboliza la sabiduría. No es raro que hoy en día nos quedemos estancados en la rutina o nos veamos envueltos en las tensiones que pueden acompañar a la vida cotidiana. Un encantador amuleto de zafiro puede ser justo lo que necesitamos para volver a encarrilarnos y hacer que la pelota ruede de nuevo.

Liberación a través del chakra de la garganta
Los zafiros estimulan el chakra de la garganta y, cuando se colocan sobre él, permiten que todos los demás chakras salgan y se expresen. Esto ayuda a la liberación de frustraciones y a la sensación de estabilidad que aportan los zafiros. Restablecen el equilibrio entre los planos físico, mental y espiritual, ya que canalizan la sobriedad y la decisión.
Demuestra el compromiso en tu relación
Símbolo de nuevo amor y fidelidad, los zafiros son una elegante alternativa al diamante a la hora de regalar a un ser querido. Al igual que el anillo de zafiro que han lucido dos princesas de la familia real, irradian realeza y encanto. Tradicionalmente son el regalo para el 45 aniversario de la pareja, ya que ponen de relieve el compromiso entre dos personas, pero este sentimiento también es válido para las relaciones más jóvenes. Regale a un ser querido una joya de zafiro y la suavidad de la gema contribuirá a dar seguridad a la pareja, dando a conocer al mundo la profunda madurez azul que sienten el uno por el otro.
Elegantes compañeros de diario
Abundante en elegancia y misticismo, estilice sus joyas de zafiro teniendo en cuenta estos elementos. Aunque elegante, el zafiro es un espléndido compañero para el día a día. No importa si está concentrado en la oficina, vistiéndose para una noche especial o viajando en busca de una visión como Sir Richard Francis Burton con su zafiro estrella. La mirada infinita de una piedra de zafiro azul indica profundidad y sabiduría, y atraerá la curiosidad de quienes estén en su presencia. Un poeta anónimo describió una vez el tono azul único del zafiro como "el azul de un cielo despejado minutos después de la puesta de sol", y nosotros no podríamos estar más de acuerdo.